Jonathan Olvera/La Noticia de Tlaxcala
Ayometla, Tlax., 30 de mayo de 2025. — Una vez más, la violencia escolar se viraliza en redes sociales, dejando al descubierto la falta de protocolos, prevención y atención en los planteles educativos de Tlaxcala. Esta vez, el escenario fue la Escuela Secundaria Técnica No. 18 “Himno Nacional” en el municipio de Ayometla, donde dos alumnas se liaron a golpes ante la mirada impasible —y a veces morbosa— de sus compañeros.
Los hechos ocurrieron la mañana de ayer y fueron captados en video por estudiantes, quienes lejos de intervenir o buscar ayuda, optaron por grabar la agresión y compartirla en redes sociales. El clip muestra a las adolescentes peleando de forma violenta, sin la presencia inmediata de personal docente o directivo que pudiera frenar el conflicto.
La pelea generó reacciones inmediatas en plataformas digitales, donde padres de familia y ciudadanos expresaron indignación por la normalización de la violencia dentro de las aulas y la aparente pasividad del personal educativo. “¿Dónde estaban los maestros? ¿Dónde está el protocolo de atención a estos casos?”, preguntó una usuaria visiblemente molesta.
Hasta el momento, la Secretaría de Educación Pública del Estado no ha emitido postura oficial, y tampoco la dirección del plantel ha dado a conocer si se tomarán medidas disciplinarias o si se ofrecerá acompañamiento psicológico a las involucradas.
Este hecho revive una discusión urgente: la escuela ya no es un espacio seguro para todos. La falta de cultura de paz, la ausencia de herramientas para la mediación de conflictos y la indiferencia institucional están generando entornos tóxicos que terminan por afectar física y emocionalmente a los estudiantes.
La violencia entre estudiantes no debe minimizarse ni tratarse como una simple “riña adolescente”. Es un síntoma profundo de fallas en la formación social, emocional y comunitaria, que exige una intervención seria y coordinada entre autoridades escolares, padres y gobierno.
Ayometla hoy es noticia, pero la violencia escolar es un fenómeno que recorre el país. Lo que antes quedaba en los pasillos, ahora se graba, se comparte y se viraliza… pero sigue sin atenderse.