Jonathan Olvera | La Noticia de Tlaxcal
Atlacomulco, Edomex, 8 de septiembre de 2025.– Una mañana marcada por la tragedia sacudió a Atlacomulco, donde un tren de carga embistió a un autobús de pasajeros de doble piso de la línea Herradura de Plata sobre la carretera federal Atlacomulco–Maravatío, en plena zona industrial. El saldo preliminar es devastador: 8 personas fallecidas y al menos 45 lesionadas.
De acuerdo con testigos, el autobús habría intentado ganarle el paso al tren mientras permanecía detenido por el tráfico, pero no logró avanzar y fue brutalmente impactado a la mitad, quedando plegado y arrastrado varios metros.
Lo más alarmante es que en el sitio no se observaron plumas de cruce ni señalizaciones claras, lo que abre un cuestionamiento urgente sobre la falta de medidas de seguridad en cruces ferroviarios, particularmente en zonas de alto tránsito.
Autoridades locales y de emergencia arribaron para atender a los heridos y trasladarlos a hospitales cercanos. Sin embargo, la tragedia pone en evidencia una cadena de omisiones: desde la imprudencia vial hasta la carencia de infraestructura adecuada para prevenir accidentes de este tipo.
Mientras las familias lloran a sus muertos y los heridos luchan por recuperarse, el hecho refleja una doble responsabilidad: la de los conductores que arriesgan vidas por segundos, y la de un Estado que sigue fallando en garantizar condiciones mínimas de seguridad en carreteras y cruces ferroviarios.
La pregunta es inevitable: ¿cuántas vidas más deben perderse antes de que se atienda esta negligencia estructural?
