Jonathan Olvera/La Noticia de Tlaxcala
Chiautempan, Tlax., 18 de junio de 2025.- Una vez más, la justicia por mano propia se impone ante el vacío institucional. Desde la madrugada de este miércoles, habitantes de la comunidad de San Bartolomé Cuahuixmatlac, en el municipio de Santa Ana Chiautempan, mantienen retenido a un hombre originario de Texcacoac, a quien acusan de haber sido sorprendido robando en un domicilio particular.
La situación obligó a desplegar un operativo urgente de seguridad con elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y la Guardia Nacional, que hasta el cierre de esta edición permanecen en la zona en un intento por contener un posible linchamiento.
Hartazgo e impunidad: la otra cara del operativo
Aunque las autoridades intentan establecer diálogo con los pobladores para lograr la entrega pacífica del presunto delincuente, la comunidad ha sido clara: exigen justicia y presencia policial permanente. Señalan que los robos a viviendas se han vuelto frecuentes, mientras la vigilancia oficial es casi inexistente.
“No confiamos en la policía. Lo agarramos nosotros y si lo soltamos, mañana regresa armado”, expresó uno de los vecinos, cuya identidad se reserva por seguridad.
Otros habitantes reconocieron que temen represalias si se identifica a quienes participaron en la detención ciudadana, pues aseguran que los delincuentes actúan con total impunidad y hasta protección.
Una falla del Estado que se repite
Este caso no es aislado. En Tlaxcala, los episodios de justicia comunitaria se han multiplicado en los últimos años, producto de una estructura de seguridad rebasada, falta de patrullajes, escasa respuesta a emergencias y un sistema de justicia que rara vez llega a una condena.
Expertos advierten que mientras no se garantice seguridad y acceso real a la justicia, los linchamientos seguirán siendo una expresión desesperada de comunidades que ya no creen en sus autoridades.
¿Y las autoridades?
Ni el presidente municipal de Chiautempan ni el titular de la SSC han emitido posicionamiento oficial hasta el momento. La Guardia Nacional se limitó a declarar que su intervención busca “preservar el orden y evitar hechos que lamentar”.
Sin embargo, la pregunta persiste: ¿cuántas veces más tendrá que intervenir la fuerza federal para corregir lo que los municipios y el estado no atienden a tiempo?