“O sigues al Presidente o te vas”: acusan intimidación y abuso de poder en el Ayuntamiento de Tlaxcala capital

Jonathan Olvera/La Noticia de Tlaxcala

Tlaxcala, 22 de mayo de 2025.- Bajo una atmósfera de tensión e intimidación, trabajadores del Ayuntamiento de Tlaxcala capital denunciaron ser víctimas de presiones sistemáticas para promover artificialmente la imagen del alcalde Alfonso Sánchez García en redes sociales, a costa de su privacidad y su estabilidad laboral.

“Nos piden los teléfonos, revisan si seguimos al Presidente, si le damos like, si comentamos sus publicaciones. Si no lo haces, estás fuera”, declararon trabajadores de confianza que solicitaron el anonimato por temor a represalias directas del secretario del Ayuntamiento, Víctor Hugo Gutiérrez, a quien señalan como el principal ejecutor de estas medidas.

Las denuncias apuntan a un patrón claro de acoso digital institucionalizado dentro de las oficinas del gobierno municipal, donde se obliga a empleados a ceder sus dispositivos móviles, proporcionar contraseñas y permitir el acceso a sus conversaciones, fotografías y redes sociales personales.

“No es una invitación, es una orden. Nos llaman a su oficina uno por uno, nos exigen obediencia total al proyecto político del alcalde, y nos advierten que, si no lo hacemos, perderemos el trabajo. Es un chantaje disfrazado de disciplina institucional”, señalaron.

Las víctimas no solo hablan de una invasión a su privacidad, sino de un uso autoritario del aparato municipal con fines propagandísticos y electorales, ante las aspiraciones políticas del alcalde Sánchez García, quien busca posicionarse rumbo a la gubernatura.

“Se ríen de nuestras fotos, se burlan de nuestras conversaciones privadas. No hay límites. Esta administración ha cruzado la línea del respeto y ha convertido las redes sociales en un campo de obediencia forzada y control psicológico”, aseveraron.

Hasta el momento, no hay una postura oficial del Ayuntamiento sobre estas acusaciones, pero el silencio institucional solo agrava el clima de temor que, aseguran, se vive a diario en los pasillos del Palacio Municipal.

La situación pone en tela de juicio el uso de recursos humanos y públicos en estrategias políticas disfrazadas de comunicación institucional. En una democracia, el respaldo en redes sociales debe ser voluntario, no impuesto con amenazas. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el poder para alimentar su ego digital?

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