Redacción/La Noticia de Tlaxcala
Tlaxcala, Tlax., 1 de julio de 2025 — En medio de críticas por la reciente desaparición del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros intentó calmar las aguas con promesas de reforzar la transparencia… sin explicar quién ni cómo asumirá las funciones de vigilancia y acceso a la información en el estado.
Durante un encuentro con medios de comunicación, Cuéllar afirmó que se “buscará cubrir las necesidades de los excolaboradores” del extinto organismo, y que su administración mantiene el compromiso de que continúen las auditorías a municipios y recursos federales. Sin embargo, no detalló qué dependencia asumiría esa labor ni qué mecanismos sustituirán al órgano autónomo que hasta hace unos días garantizaba el derecho ciudadano a saber.
Críticos señalan que esta decisión representa un retroceso democrático y que la “reorganización” anunciada por la mandataria podría abrir la puerta a mayor opacidad en el manejo de recursos públicos.
En otro tema, Cuéllar intentó justificar el grave desabasto de medicamentos que enfrentan clínicas y hospitales del estado, asegurando que el sistema de salud ya fue entregado a la federación, lo que ha generado retrasos por temas de licitación. Aun así, prometió que en un plazo de mes y medio a dos meses el abasto será completo.
Para algunos sectores, la declaración suena más a una justificación que a una solución concreta. “No es la primera vez que dan plazos y no cumplen. Mientras tanto, la gente sigue sin medicinas y con recetas que solo sirven para acumular coraje”, comentó una usuaria del Hospital General de Tlaxcala.
La gobernadora indicó que solicitó un listado detallado de medicamentos faltantes para gestionar pedidos adicionales, aunque no precisó fechas, proveedores ni presupuestos asignados para la regularización del suministro.
En resumen, Cuéllar Cisneros lanzó promesas en dos frentes sensibles —transparencia y salud pública— pero dejó más preguntas que respuestas, mientras crece el descontento ciudadano por decisiones que, lejos de fortalecer la rendición de cuentas, parecen desmontarla pieza por pieza.