- La reciente incautación de armas en la frontera entre Estados Unidos y México es presentada como un logro de la cooperación bilateral; sin embargo, la magnitud del decomiso plantea dudas sobre su impacto real en el combate al tráfico de armas y la violencia en México.
Redacción//La Noticia de Tlaxcala
Ciudad de México., 19 de marzo de 2025.- El pasado 17 de marzo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) reportó la incautación de seis armas, 26 cargadores y 182 cartuchos en el Puente Internacional de Del Río, Texas, en una camioneta que se dirigía a Ciudad Acuña, México. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, celebró este decomiso como una muestra de la efectiva coordinación entre ambos países para frenar el tráfico de armas hacia territorio mexicano.
No obstante, es pertinente cuestionar si la incautación de seis armas representa un avance significativo en la lucha contra el tráfico de armamento que alimenta la violencia en México. Según datos de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF), el 74% de las armas en manos de grupos criminales en México provienen ilegalmente de estados fronterizos de EE.UU., exacerbando la violencia en regiones como Guanajuato, Sonora y Baja California. En este contexto, la reciente incautación parece una medida limitada frente a la magnitud del problema.
Además, la presidenta Sheinbaum destacó que, en los acuerdos con Estados Unidos, México se compromete a evitar que el fentanilo y otras drogas lleguen al país vecino, mientras que EE.UU. ayuda a evitar el cruce de armas hacia México. Sin embargo, la eficacia de esta cooperación debe evaluarse en función de resultados concretos y sostenidos en el tiempo, más allá de decomisos aislados.
Es crucial que ambos gobiernos fortalezcan sus estrategias conjuntas para atacar de raíz las redes de tráfico de armas y drogas. La implementación de políticas más estrictas en el control de armas en Estados Unidos y una mayor vigilancia en la frontera por parte de México podrían ser pasos decisivos para reducir la violencia que afecta a miles de familias mexicanas.
En conclusión, aunque la reciente incautación es un paso positivo, es fundamental que las autoridades de ambos países reconozcan que aún queda un largo camino por recorrer para lograr una reducción significativa en el tráfico de armas y, por ende, en la violencia que azota a México.
