- Auditorías revelan irregularidades por más de 20 millones de pesos durante su paso por la Secretaría de Infraestructura
Guillermo Veloz | La Noticia de Tlaxcala
20 de octubre de 2025 / Tlaxcala, Tlax.- El paso de Alfonso Sánchez García por la Secretaría de Infraestructura (SI) del Gobierno del Estado dejó una estela de opacidad, desaseo administrativo y afectaciones millonarias al patrimonio público. Auditorías al ejercicio fiscal 2022 revelaron irregularidades por más de 20 millones de pesos, que hoy pesan sobre la gestión del actual alcalde del municipio Tlaxcala de Xicohténcatl.
El análisis financiero evidenció pagos de obras no ejecutadas, sobreprecios en materiales y servicios, así como procesos constructivos deficientes que vulneraron la calidad de la infraestructura pública. Las observaciones, clasificadas como de cumplimiento financiero y de comprobación fiscal, apuntan a un manejo discrecional de los recursos y a la falta de apego a la normatividad.
Los informes señalan que durante su gestión se pagaron volúmenes de obra fantasma, se autorizaron estimaciones técnicas incompletas, y se incurrió en pagos indebidos por conceptos inflados. La cifra, calificada por fuentes internas como “escandalosa”, representa un golpe directo a la hacienda estatal y al bolsillo de los tlaxcaltecas.
El ex titular de Infraestructura, hijo del ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, dejó la dependencia entre críticas y acusaciones para buscar la presidencia municipal capitalina. Su salida, marcada por la improvisación política y la falta de resultados administrativos, fue leída por sectores del propio gobierno como una traición a la confianza de la gobernadora Lorena Cuéllar, a quien “le falló con soberbia y ambición precoz”.
Hoy, ya desde la alcaldía, Sánchez García enfrenta el eco de su propia gestión: observaciones sin solventar, auditorías abiertas y un descrédito que crece conforme se conoce el desorden financiero que dejó tras de sí.
Con estas irregularidades, el discurso del “nuevo liderazgo” que presume el edil se desmorona entre expedientes, sobrecostos y obras fantasmas, configurando el verdadero legado de su paso por la administración estatal.