“Defender la tierra no es un crimen”: Protestan en Ciudad Judicial por sentencia contra Saúl Rosales

Jonathan Olvera/La Noticia de Tlaxcala

Apizaco, Tlaxcala, 14 de julio. — La indignación volvió a salir a las calles. Este lunes por la tarde, habitantes de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, municipio de Santa Ana Chiautempan, se manifestaron en las inmediaciones del Edificio Sede Apizaco del Poder Judicial de la Federación, en Ciudad Judicial, para exigir la revisión y revocación de lo que consideran una sentencia injusta contra uno de los suyos: Saúl Rosales Meléndez, expresidente de comunidad.

Rosales fue condenado a 20 años de prisión tras los hechos ocurridos en abril de 2022, cuando se registró un linchamiento durante un episodio de defensa territorial que involucró a los pobladores. De acuerdo con los manifestantes, el exrepresentante comunitario no participó de manera directa en los actos violentos, sino que cumplía con su responsabilidad como autoridad local en un contexto tenso de conflicto social.

“No es un asesino, es un defensor del territorio. Hoy está en la cárcel por proteger lo que la ley debería garantizar”, expresaron ciudadanos y familiares con pancartas, altavoces y consignas frente a las instalaciones del Poder Judicial.

El caso de Saúl Rosales ha sido ampliamente señalado por organizaciones sociales y defensores de derechos humanos, quienes acusan al Estado de criminalizar la protesta social y aplicar sanciones desproporcionadas contra quienes resisten frente al abandono institucional y la ausencia de mecanismos reales de diálogo.

El conflicto de Tlalcuapan no es nuevo. Por años, los habitantes han denunciado invasiones a su territorio, tala clandestina y omisiones por parte de las autoridades ambientales. En ese contexto, la reacción del pueblo fue, según ellos, un acto de legítima defensa.

Pero en lugar de atender el fondo del conflicto, el sistema judicial optó por castigar al rostro más visible de la comunidad.

 Mientras los verdaderos responsables de la violencia estructural siguen sin consecuencias, quienes defienden su tierra desde la comunidad son tratados como criminales.

El mensaje de hoy fue claro: “Saúl no está solo”… y Tlalcuapan tampoco piensa rendirse.

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