Guillermo Veloz/La Noticia de Tlaxcala
Tlaxcala, Tlax., 17 de junio de 2025.– A sus 75 años, Miguel Ángel Pérez no ha perdido el paso. Aunque ya no recorre los kilómetros de los maratones en los que alguna vez representó a Tlaxcala con orgullo, hoy camina diariamente al cruce de las avenidas Independencia y Universidad para ofrecer algo que vale más que el espectáculo o el dinero: solidaridad.
Originario de San Jorge Tezoquipan, municipio de Panotla, don Miguel se ha ganado el respeto de quienes transitan por esta concurrida intersección de la ciudad capital. Desde hace dos meses, realiza un sencillo pero simbólico acto de magia: una cuerda que envuelve su cuello y desaparece con un movimiento ágil, como si con ese truco también quisiera desvanecer las penas ajenas.
Pero detrás del gesto hay una causa mayor. Miguel Ángel no pide limosna para él, sino para apoyar a un compañero de trabajo cuyo familiar enfrenta una dura batalla contra el cáncer. No hay pancartas llamativas ni exigencias, solo una gorra extendida, una sonrisa franca y un acto que combina dignidad con entrega absoluta.
Este hombre que alguna vez cruzó metas deportivas durante el sexenio de Tulio Hernández, hoy cruza las líneas invisibles de la indiferencia social. A pesar de su edad, sigue laborando en el campo, baila danzón en plazas públicas de Tlaxcala, Chiautempan y Contla, y encuentra en el altruismo cotidiano una nueva forma de resistencia.
Miguel Ángel no aparece en ningún podio, ni viste uniforme deportivo, pero su ejemplo toca a quien se detiene a mirar. Porque en un mundo cada vez más acelerado, su gesto nos recuerda que todavía hay quienes dan sin pedir, que aún existen actos de magia donde el verdadero truco está en el corazón.
