Guillermo Veloz/La Noticia de Tlaxcala
Tlaxcala, Tlax., 25 de junio de 2025.- Mientras algunos diputados locales asumieron su encargo con compromiso y trabajo legislativo, otros decidieron pasar inadvertidos, sin presentar una sola iniciativa en todo el segundo periodo de sesiones del primer año legislativo de la LXV Legislatura. Cuatro legisladores brillaron por su completa inactividad parlamentaria, a pesar de cobrar más de 111 mil pesos mensuales con cargo al erario.
Se trata de María Aurora Villeda Temoltzin (RSP), Silvano Garay Ulloa (PT), Héctor Israel Ortiz Ortiz (PAC) y Bladimir Zainos Flores (Nueva Alianza Tlaxcala), quienes no registraron ninguna propuesta legislativa durante el periodo en curso. Su silencio en tribuna y su ausencia en el debate contrastan con la responsabilidad que implica representar a un distrito y legislar en favor de la ciudadanía.
En contraste, diputadas como Gabriela Hernández Islas (Morena) y Laura Yamil Flores Lozano (PRD-T) encabezaron la productividad con cinco iniciativas cada una, abordando temas como salud, educación, pueblos originarios, bienestar animal y memoria histórica. A ellas se suman legisladores como Sandra Aguilar Vega (PRI), Vicente Morales Pérez (Morena) y Miriam Esmeralda Martínez Sánchez (PAN), entre otros, que mantuvieron una presencia activa en la agenda legislativa.
Sin embargo, la improductividad no es exclusiva de estos cuatro casos. Dentro de las propias bancadas mayoritarias, como Morena, se observa una profunda desigualdad en la carga de trabajo. Aunque el grupo parlamentario registró 22 iniciativas en total, muchas de ellas fueron presentadas por solo tres diputadas. Otros como Emilio de la Peña, Brenda Villantes, Miguel Caballero, Ever Campech y David Martínez del Razo apenas sumaron una propuesta… o ninguna.
El problema no es menor. La omisión legislativa no solo evidencia negligencia, sino también una preocupante desconexión con las necesidades sociales. Diputados que no proponen, no debaten y no rinden cuentas, pero sí cobran puntualmente más de 111 mil pesos mensuales, contribuyen al desgaste de la confianza pública en las instituciones.
¿Representantes o espectadores?
La función legislativa es mucho más que asistir a sesiones y votar en bloque. Se trata de construir leyes, revisar el gasto público, representar a los ciudadanos y ejercer contrapesos. La inactividad de estos cuatro diputados representa no solo un vacío institucional, sino también un abuso de los recursos públicos.
Mientras Tlaxcala enfrenta retos en seguridad, salud, educación y desarrollo, resulta inadmisible que haya legisladores cuya única aportación al Congreso sea ocupar una curul. La ciudadanía merece representantes que trabajen, no figuras decorativas.
La próxima evaluación no será interna, será en las urnas.