Jonathan Olvera/La Noticia de Tlaxcala
Coronango, Pue., 23 de junio de 2025.— La violencia interestatal volvió a dejar una estela de horror entre Tlaxcala y Puebla. Este lunes, fueron encontrados tres cuerpos sin vida, con visibles signos de violencia, dentro de un vehículo abandonado en campos de cultivo del municipio de Coronango. La unidad, de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), había sido reportada como robada en Tlaxcala desde el pasado 1 de mayo.
El vicealmirante Francisco Sánchez, representante de Sedena en la región, informó que las primeras líneas de investigación apuntan a que las víctimas podrían haber sido privadas de su libertad en otra entidad y posteriormente trasladadas a Puebla, donde fueron abandonadas. “Estamos corroborando información. Pudiera tratarse de personas secuestradas en otro estado que aparecieron en Coronango”, declaró ante medios.
El hallazgo generó una intensa movilización de cuerpos policiacos, peritos forenses y personal de la Fiscalía General del Estado de Puebla, que mantienen resguardada la zona mientras continúan las diligencias. Sin embargo, el caso deja al descubierto la facilidad con la que los grupos criminales se desplazan entre entidades, sin que exista una contención real ni coordinación efectiva entre los gobiernos estatales.
El vehículo involucrado, con reporte de robo en Tlaxcala, reaviva cuestionamientos sobre la efectividad de las plataformas de rastreo y recuperación de unidades, así como sobre la vigilancia en puntos carreteros y fronteras estatales.
A pesar de la gravedad del caso, ninguna autoridad de Tlaxcala ha emitido hasta ahora un pronunciamiento oficial sobre el posible vínculo de las víctimas con su territorio, alimentando la percepción de opacidad y desinterés institucional frente a una crisis de seguridad que, claramente, no respeta límites geográficos.
La ciudadanía, por su parte, exige justicia y respuestas contundentes ante un escenario en el que los crímenes se cometen con brutalidad y los responsables parecen desaparecer entre las grietas de un sistema de seguridad fragmentado.
