Redacción/La Noticia de Tlaxcala
Nanacamilpa, Tlax., 3 de julio de 2025.– Cuando cae la noche en el bosque de coníferas, la magia comienza. Cientos de luciérnagas danzan entre los árboles como si el bosque respirara luz. Así brilla La Cañada, uno de los 18 santuarios de avistamiento en Nanacamilpa de Mariano Arista, y quizá uno de los más auténticos, por su profundo respeto a la naturaleza y su experiencia sin artificios.
Este centro de avistamiento destaca por mantener la esencia del bosque tlaxcalteca libre de contaminación lumínica. A diferencia de otras opciones más comercializadas, La Cañada ofrece a visitantes una experiencia rústica, ecológica y profundamente espiritual. Aquí no hay hoteles ni luces artificiales: solo el susurro del viento, la neblina entre los pinos y el parpadeo sincronizado de las luciérnagas de la especie Photinus pyralis, el escarabajo endémico que cada año regresa para su ritual de apareamiento.
La visita no solo es turística, es una vivencia de conexión con la tierra. Antes del recorrido, los guías —muchos de ellos ejidatarios y guardianes del bosque— realizan un ritual de agradecimiento a la madre tierra y a las deidades del monte, pidiendo permiso al entorno y respeto por sus tiempos.
“La Cañada no solo es un santuario para las luciérnagas, también lo es para el alma”, comentan quienes han vivido la experiencia.
Mientras la temporada de avistamiento continúa, La Cañada se consolida como un ejemplo de turismo responsable, comunitario y sostenible, donde el verdadero lujo es ver cómo la naturaleza enciende su propio espectáculo sin más escenografía que el bosque y su silencio.
🪄 Aquí, la noche no da miedo. Aquí, la noche brilla.
