Redacción/La Noticia de Tlaxcala
Tlaxcala, Tlax., 17 de julio de 2025. — La tormenta del 15 de julio dejó más que calles inundadas y techos colapsados: destapó una gestión municipal ausente, carente de visión y atrapada en la promoción personal de su alcalde, Alfonso Sánchez García. Así lo revela un reportaje publicado por el portal Mundo Político, que pone el dedo en la llaga: la tragedia era previsible, pero no se hizo nada para mitigar los daños y reaccionar con eficacia.
La capital tlaxcalteca y sus municipios conurbados fueron golpeados por una tormenta con granizo y lluvias intensas, que causaron severas afectaciones en viviendas, negocios, vialidades y drenajes colapsados. Las imágenes de autos atrapados, ríos en las calles y comercios inundados volvieron a repetirse, como ya ocurrió en años anteriores.
Sin embargo, lo alarmante no es la fuerza de la naturaleza, sino la inacción sistemática de una administración municipal que, pese a los pronósticos de una temporada de lluvias severa, no implementó obras preventivas, ni actualizó su infraestructura urbana, ni siquiera activó un protocolo anticipado de limpieza o mantenimiento de drenajes.
Lo que hoy sufre Tlaxcala Capital es el reflejo de una ciudad sin planeación, sin obras de captación pluvial, sin estrategia y con un alcalde más ocupado en su proyección política que en el bienestar de los habitantes. Alfonso Sánchez, arquitecto de profesión, no solo ha ignorado su formación técnica, sino que ha priorizado su imagen mediática, al tiempo que la basura, la inseguridad y el abandono urbano crecen.
Su aparente alianza política con la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, también blanco de críticas por su falta de efectividad, lejos de beneficiar al municipio ha contribuido a distraer la atención de los problemas reales. Mientras él se pasea por eventos sociales y gira como “padrino de generación” en escuelas, Tlaxcala capital literalmente se hunde.
Las voces ciudadanas se han hecho escuchar: en redes sociales abundan los reclamos por una ciudad desbordada, sin respuesta inmediata, sin mantenimiento y con una creciente percepción de abandono. Los servicios básicos, como la recolección de basura y el alumbrado público, ya eran deficientes antes de la tormenta; ahora, los efectos son devastadores.
El cambio climático no da tregua, y los pronósticos anuncian más lluvias en las próximas semanas. ¿Estará lista Tlaxcala para enfrentar otra tormenta? Todo indica que no, si el gobierno municipal no rectifica el rumbo, deja de lado la propaganda política y atiende con urgencia las necesidades de infraestructura, prevención y seguridad.
El costo de no actuar es alto: lo pagan los ciudadanos con su patrimonio, su seguridad y su dignidad. Tlaxcala necesita más que discursos y fotos en redes sociales. Necesita un gobierno que actúe. Y lo necesita ya.