Jonathan Olvera/La Noticia de Tlaxcala
Cuaxomulco, Tlax., 14 de julio de 2025.- La tarde de este domingo, dos jóvenes identificados como Brayan N. y Ángel N., originarios del Estado de México, fueron rescatados por cuerpos de seguridad en el municipio de Cuaxomulco tras ser acusados de intentar asaltar una unidad de transporte público de la ruta Apizaco–Cuaxomulco.
El incidente provocó una fuerte movilización luego de que pobladores los retuvieran y los golpearan, desencadenando un intento de linchamiento que fue contenido mediante un operativo coordinado por el C5i Tlaxcala. La intervención se dio tras una llamada de auxilio al 911, que activó los protocolos de reacción inmediata.
Uno de los presuntos responsables fue trasladado al Hospital Regional de Tzompantepec bajo custodia policial, mientras que su cómplice quedó a disposición del Ministerio Público.
Sin embargo, más allá del acto delictivo, lo ocurrido en Cuaxomulco revela una realidad alarmante: la ciudadanía está perdiendo la fe en las instituciones. La furia vecinal que desembocó en un intento de linchamiento no nace de la nada, sino del hartazgo de una población expuesta a asaltos constantes y a una justicia que parece llegar siempre tarde… o nunca.
Los usuarios del transporte público —trabajadores, estudiantes, madres de familia— se sienten desprotegidos, mientras que los agresores, muchas veces foráneos, operan impunemente en rutas locales.
Aunque las autoridades insisten en que el linchamiento no es justicia, tampoco pueden ignorar que la ausencia de un sistema eficaz ha convertido al pueblo en juez, jurado y verdugo
¿Hasta cuándo se permitirá que la violencia se normalice como respuesta al abandono? ¿Cuántos Brayan y Ángel más harán falta para que el gobierno garantice seguridad real en las calles?