Redacción/La Noticia de Tlaxcala
Washington / Ciudad de México, 26 de junio de 2025.– En un golpe sin precedentes contra las finanzas del narcotráfico que conecta directamente con el sistema bancario mexicano, el gobierno de Estados Unidos anunció este jueves la revocación de visas a familiares y personas cercanas a individuos vinculados con CIBanco, Intercam y Vector Casa de Bolsa, tres instituciones señaladas por facilitar el lavado de dinero de cárteles del narcotráfico, incluido el poderoso Cártel de Sinaloa.
La medida fue confirmada por el secretario de Estado, Marco Rubio, quien advirtió que la decisión se ampara en la sección 212(a)(3)(C) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, misma que permite negar el ingreso a personas que representen una amenaza a los intereses de seguridad de Estados Unidos, incluso por asociación indirecta.
Esta decisión llega apenas 24 horas después de que el Departamento del Tesoro hiciera públicas las investigaciones sobre una presunta red de operaciones financieras encubiertas, mediante las cuales estas casas bancarias habrían canalizado recursos provenientes del tráfico de drogas sintéticas, entre ellas el fentanilo, cuya epidemia ha dejado más de 100 mil muertes anuales por sobredosis en EE.UU.
Pero lo más delicado del caso no solo es el castigo migratorio, sino el mensaje político que se lanza al gobierno mexicano: Washington está dispuesto a señalar con nombre y apellido a las élites financieras que colaboran con el crimen organizado, y espera reciprocidad en el combate a la corrupción y la impunidad dentro del sistema bancario.
La lista negra incluye a cónyuges, hijos, socios, operadores cercanos y prestanombres, algunos de los cuales llevan años moviéndose con total libertad entre Ciudad de México, Miami, Houston y Nueva York, amparados por su “buena reputación” corporativa y nexos con grupos de poder.
Hasta el momento, ninguna autoridad mexicana –ni la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ni la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF)– ha emitido postura oficial, lo que profundiza las dudas sobre la vigilancia efectiva del sistema financiero nacional frente al dinero sucio del narco.
Con esta medida, Estados Unidos manda una señal clara: el combate al crimen organizado no se limita a las calles ni a los laboratorios clandestinos, también pasa por las oficinas con aire acondicionado, los despachos de corredores financieros y los balances maquillados de respetables instituciones mexicanas.