Alarma en escuelas de Tlaxcala: detectan consumo y venta de drogas en 15 planteles; autoridades apenas reaccionan

Jonathan Olvera/La Noticia de Tlaxcala

Tlaxcala, Tlax., 17 de junio.

Una grave advertencia sobre la salud y seguridad de adolescentes tlaxcaltecas salió a la luz este martes: la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) confirmó la detección de consumo y venta de drogas en al menos 15 escuelas secundarias y de nivel medio superior en nueve municipios del estado, incluidas la capital, Chiautempan y Zacatelco.

De acuerdo con el titular de la SSC, Alberto Perea Marrufo, en estos planteles se han identificado casos de consumo de marihuana, anfetaminas y vapeadores con sustancias prohibidas, lo que —según reconoció— representa un foco rojo que podría escalar hacia otros delitos como narcomenudeo o reclutamiento de menores por redes delictivas.

Aunque la dependencia asegura que ya puso en marcha una estrategia de contención con capacitaciones, revisiones escolares y el fomento del uso de la línea anónima 089, el daño ya está hecho. Para muchas familias, la reacción oficial llega tarde y con tintes de improvisación.

Hasta ahora se han realizado 173 sesiones informativas y se ha capacitado a más de 12 mil personas entre alumnos, docentes y padres de familia. Sin embargo, la omisión prolongada de diagnósticos reales y planes contundentes de intervención en comunidades escolares ha permitido que el problema avance a puertas abiertas.

Especialistas y colectivos ciudadanos advierten que no basta con pláticas y volantes: se necesita una política integral, sostenida, con atención psicológica, protocolos de detección temprana y participación real de las comunidades escolares.

¿Qué hacían las autoridades cuando los vapeadores cruzaban las rejas escolares? ¿Quién controla las rutas de distribución? ¿Dónde está la corresponsabilidad entre el sector educativo y las instituciones de seguridad?

Mientras las respuestas oficiales se reducen a cifras de talleres, la realidad en las aulas muestra adolescentes atrapados entre la adicción, la omisión y el abandono institucional. La niñez tlaxcalteca no puede esperar más.

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