- Tlaxcala capital se hunde en encuestas y reprueba desempeño entre los alcaldes Morenistas en el país
Redacción/La Noticia de Tlaxcala
Tlaxcala, Tlax., 12 de junio de 2025. Mientras el alcalde de Tlaxcala capital, Alfonso Sánchez García, concentra sus esfuerzos en la carrera por la gubernatura del estado, los resultados de su administración siguen cayendo en picada. En la más reciente evaluación nacional del desempeño de alcaldes emanados de Morena, Sánchez fue severamente reprobado por la ciudadanía, obteniendo una calificación de apenas 4.09 y ocupando el puesto 47 a nivel nacional entre los ediles morenistas.
El estudio, que midió aspectos clave de la gestión pública, revela que los habitantes de la capital tlaxcalteca evalúan de forma negativa el desempeño general del alcalde, con especial énfasis en la mala calidad de los servicios públicos, la lejanía con la ciudadanía y la escasa percepción de seguridad.
De acuerdo con los criterios aplicados, los ciudadanos valoraron:
• Desempeño y eficacia en el gobierno local
• Calidad y atención de servicios públicos como agua, basura, alumbrado y vialidad
• Cercanía y atención ciudadana del alcalde
• Sensación de seguridad en la comunidad
En todos los rubros, la administración capitalina obtuvo calificaciones por debajo del promedio nacional, lo que refleja una creciente desconexión entre el gobierno municipal y sus gobernados, situación que se agrava en un contexto donde el edil parece más enfocado en su futuro político que en atender los retos inmediatos del municipio.
La ciudadanía, cada vez más crítica y desencantada, cuestiona la doble moral de quienes desde el poder local predican transformación pero descuidan sus responsabilidades elementales. Mientras el discurso oficial habla de progreso, los números pintan otra realidad: Tlaxcala capital está reprobada y la prioridad política parece haber desplazado a la gestión pública.
Con estos resultados, se cierne una sombra de duda sobre las verdaderas capacidades de Alfonso Sánchez no solo como alcalde, sino como aspirante a puestos de mayor responsabilidad. ¿Qué tan viable es prometer un mejor estado cuando ni siquiera puede sostener una capital funcional? La ciudadanía, con sus calificaciones, ya está respondiendo.