Guillermo Veloz/La Noticia de Tlaxcala
Apizaco, Tlax., 24 de mayo de 2025.- El Ayuntamiento de Apizaco ha lanzado una ofensiva frontal contra comerciantes que ocupen la vía pública, con un operativo de “cero tolerancia” que entró en vigor este 24 de mayo. La medida incluye multas de hasta $5,428.50, decomisos, clausuras y hasta 36 horas de arresto, en una estrategia que prioriza el castigo sobre el diálogo.
El comunicado oficial DESECO/CO/0001/2025, difundido por la Dirección de Desarrollo Económico, marca el inicio de inspecciones permanentes contra establecimientos —formales e informales— que excedan los 40 centímetros permitidos de ocupación en la banqueta, vendan sin autorización o instalen estructuras fuera de sus locales.
“No somos delincuentes, somos trabajadores”
Quienes más resienten la medida son los comerciantes que, desde hace años o incluso décadas, dependen de un espacio en la vía pública para subsistir.
“A mí me dijeron que si no meto todo en el local, me clausuran. Pero ¿cómo voy a vender flores si mi negocio es de tres por tres? No somos delincuentes, somos trabajadores”, señala Beatriz Morales, florista del centro.
“Nos dieron cartas, sí, pero nunca hubo reuniones, nunca preguntaron qué necesitamos. Nomás llegaron con la patrulla”, añade José Ramírez, quien vende herramientas desde hace 15 años sobre la calle Hidalgo.
Algunos locatarios establecidos también han criticado la falta de proporcionalidad en las medidas.
“Yo pago renta, impuestos, y sí me molesta ver puestos sin permiso. Pero tampoco creo que decomisar mercancía sea la solución. Se ve más como castigo político que como ordenamiento”, comenta Teresa Álvarez, comerciante de ropa.
Expertos: orden no es lo mismo que justicia
Para el urbanista Luis Arturo Cedillo, el problema está mal enfocado desde el origen:
“Apizaco necesita un plan integral de gestión del espacio público. No se trata solo de quitar lo que estorba, sino de entender por qué está ahí. Mientras no haya alternativas reales para el comercio informal, cada operativo será una batalla más”.
En esa misma línea, la abogada y activista Marta Cordero cuestiona el concepto de “cero tolerancia”:
“Ese lenguaje es peligroso. Lo hemos visto en otras ciudades: detrás de la supuesta ‘recuperación del espacio’ hay criminalización, hostigamiento y hasta violencia institucional. Si no hay participación ciudadana, no hay legitimidad”.
¿Y los peatones?
Aunque algunos ciudadanos celebran que se recupere el paso libre en calles congestionadas, también hay voces que llaman al equilibrio.
“Sí es difícil caminar a veces, pero eso no justifica que los traten como si fueran ladrones. También tienen derecho a trabajar”, opina Elena Cortés, habitante del centro.
Una política de fuerza que puede salir cara
En resumen, Apizaco ha optado por imponer el orden con mano dura, sin resolver las condiciones estructurales que empujan a cientos de personas a vender en la calle. Lo que parece una política de limpieza urbana puede convertirse en un nuevo foco de tensión social si no se acompaña de diálogo, alternativas y justicia.
Por ahora, las banquetas están más despejadas… pero también más tensas.