306 tlaxcaltecas deportados por Trump y el gobierno estatal ni los mira: sin apoyo, sin programa, sin respuesta

Redacción/La Noticia de Tlaxcala

Tlaxcala, Tlax., 24 de junio de 2025.– Mientras las cifras oficiales confirman la repatriación de 306 tlaxcaltecas entre enero y abril de este año —incluidos 11 menores de edad, dos de ellos sin acompañamiento—, el Gobierno del Estado de Tlaxcala guarda silencio y mantiene en el abandono a quienes han sido devueltos desde Estados Unidos, sin implementar mecanismos de atención, reintegración o apoyo psicológico y social.

De acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, durante los primeros cuatro meses de 2025, fueron deportados 261 hombres y 45 mujeres, repatriados por autoridades migratorias estadounidenses debido a su situación documental irregular. Todos ellos se acogieron al programa de repatriación voluntaria entre ambos países.

El mes con mayor número de casos fue enero, con 127 deportaciones, seguido de abril con 64, febrero con 62 y marzo con 53. Aunque el volumen no parece alarmante en términos numéricos, cada cifra representa una historia de ruptura, desarraigo y, en muchos casos, fracaso institucional.

Lo preocupante no es solo el fenómeno migratorio en sí, sino el abandono sistemático por parte del gobierno estatal, que hasta ahora no ha articulado un programa integral de atención a personas repatriadas, pese a las constantes promesas de “cuidar a los tlaxcaltecas dentro y fuera del estado”.

Los menores de edad regresados —en su mayoría provenientes de contextos de alta vulnerabilidad— no han recibido atención diferenciada, ni se ha informado de planes especiales de reinserción educativa o social. La administración estatal se limita a recibir datos… pero no a recibir personas.

La ausencia de una estrategia efectiva pone en evidencia la desconexión entre el discurso gubernamental y la realidad de las familias migrantes, muchas de las cuales terminan regresando a comunidades sin opciones, empleo ni redes de apoyo.

Mientras tanto, los deportados siguen llegando…

Y el gobierno, mirando hacia otro lado.

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